El origen de la fritada se remonta a la época colonial, cuando los españoles introdujeron el cerdo en América Latina. En el Ecuador, las comunidades indígenas y mestizas adoptaron la carne de cerdo en su dieta y desarrollaron métodos de cocción propios, dando lugar a lo que hoy conocemos como fritada.
La fritada ecuatoriana es mucho más que un plato delicioso; es un reflejo de la historia y la identidad culinaria del país. Su origen colonial, su evolución a lo largo de los siglos y su arraigo en la cultura popular la convierten en una joya gastronómica que sigue conquistando paladares dentro y fuera del Ecuador. Si aún no la has probado, te invitamos a disfrutar y descubrir por qué es uno de los platos más queridos de nuestra tierra